UNA
HERRAMIENTA PARA PENSAR JUNTAS NUESTRO PLANETA

Las abejas son grandes agentes polinizadores que contribuyen al balance de los ecosistemas, promueven la diversidad de los cultivos y la producción de alimentos. Como especie, representan también una de las más conocidas y asombrosas formas de asociatividad que existen en la naturaleza. Su inteligencia colectiva, su vocación por el trabajo en común, y sus notables capacidades sociales y arquitectónicas, se han ganado la admiración de los humanos.

La casa de las abejas, una estructura compuesta por la unión armónica y compleja de múltiples hexágonos es el lugar en el que este espíritu comunitario encuentra su entorno natural. La colmena parece hecha para valerse del carácter colectivo del enjambre (o conjunto de abejas) y garantizar así el éxito y supervivencia del grupo.

En una colmena cada individuo tiene una existencia condicional, pues hace parte de un todo al que está a la vez integrado y dedicado. Según el escritor belga, Maurice Maeterlinck, los ejes conductores de las abejas son la noción de porvenir y el amor por la comunidad; donde la vida de una, más allá de toda individualidad, adquiere sentido en tanto hace parte del conjunto.

Dada la situación de incertidumbre en que vivimos, y la urgente necesidad de reinventarnos como habitantes del planeta tierra, es vital desarrollar metodologías y espacios comunes que nos ayuden a imaginar futuros posibles y sostenibles para todas. Maneras de dialogar juntas y replantearnos las inteligencias colectivas para poder dar forma a la nueva realidad. Una forma que se adapte a nuestros cuerpos, pero también a nuestros ecosistemas.

Mentes Colmena aspira a ser un camino hacia este fin.